martes, 24 de noviembre de 2009

Irán en busca de “amigos”



Mahmud Ahmadineyad, presidente de Irán, comenzó esta semana una gira por Latinoamérica. La agenda de Ahmadineyad apunta a reunirse con Lula da Silva para debatir una probable cooperación en el área de energía nuclear y un futuro acuerdo de supresión de visados para los ciudadanos de ambos países. La realidad, es que el mandatario iraní busca hacerse de aliados y limpiar en lo posible su imagen internacional. Bolivia y Venezuela serán sus otras escalas.

Dentro de su país, Ahmadineyad es visto como una mezcla de perversidad e ingenuidad. Líder que reúne las peores características culturales de Irán; capaz de mentir con sinceridad y de salir de apuros con bastante astucia.

Resulta evidente el peligro de infiltración iraní en Latinoamérica. Y sin menospreciar el asunto del armamento nuclear que pretende Irán, se debe también considerar el problema de la exportación terrorista. A continuación algunos datos;

  • Teherán es la única capital del mundo donde virtualmente todos los grupos terroristas del globo mantienen “oficinas y centros de información”.
  • Cada año, entre el 1 y el 11 de febrero, la República Islámica es sede de “Los diez días de la aurora”, donde grupos terroristas se reúnen para coordinar lo que ellos llaman una lucha armada global.
  • Irán, posee una fuerza especial de élite, Al-Quds (Jerusalén), con el propósito de exportar la revolución islámica por medio de la violencia y el terror.
  • El gobierno iraní se atribuye abiertamente el crédito de introducir los atentados suicidas en Medio Oriente, perpetrados en Líbano durante los años 80 por el grupo terrorista Hezbolá (grupo patrocinado por Irán).
  • Teherán alberga a militantes Talibán, Al-Qaeda y de Hizb Ilami, en su territorio. Los principales campamentos se encuentran a lo largo de su frontera con Afganistán. Y se tiene conocimiento de que el gobierno iraní tiene trazados diferentes esquemas para armar a miles de luchadores chiítas del grupo de los Hazaras, con el objetivo de tomar el control de Kabul en caso de que los estadounidenses se vean forzados a retirarse.
  • Existen evidencias de que Ahmadineyad tiene nexos con las FARC. Y gran parte de sus visitas a Venezuela, han sido con el propósito de seguir apoyando al grupo guerrillero.

Ejemplos sobran, y todo parece indicar una inevitable infiltración iraní en el cono sur. Así, es altamente probable que veamos mayor presencia norteamericana en la región. Con el fin de contrarrestar la balanza. La situación es delicada, y los latinoamericanos siempre solemos pecar de ingenuidad.


Relaciones Irán-Latinoamérica

Venezuela e Irán tienen más de 100 acuerdos de cooperación. Uno de los más importantes es el petrolero, donde Teherán invertirá 2,700 millones de euros.

Bolivia se ha visto beneficiada por el apoyo de Ahmadineyad a los programas de salud del presidente Evo Morales. Además ha financiado la instalación de una planta petroquímica.

Ecuador es acreedor de un crédito iraní de 80 millones de euros.

En Nicaragua, Irán ha financiado la construcción de 10 mil viviendas populares, así como varios proyectos de energía.

Para Brasil, Irán representa el 28.7 por ciento de las exportaciones brasileñas a Medio Oriente. Además el 80 por ciento del comercio bilateral entre Irán y América Latina es acaparado por Brasilia y Teherán.


sábado, 21 de noviembre de 2009

¿Palestina extraña a Arafat?


Este mes se cumplieron cinco años de la muerte de Yasir Arafat. Sin embargo, el conflicto iraelí-palestino sigue en el camino de una aberrante perpetuidad.

Sin quitar valor a la gran resistencia ejercida por Arafat durante su vida. Es indudable que su mayor legado fue el lingüístico. Y parafraseando al poeta Mahmud Darwix; Arafat restituyó un gentilicio al mundo: el “palestino”. El cual, se había intentado borrar en beneficio del mito sionista de la tierra vacía, según el cual la tierra “bíblica” aguardaba deshabitada a judíos nacionales de decenas de países. Pero aquello no era la tierra bíblica, sino un Estado étnico-confesional de ingeniería poscolonial.

Hablar de vacíos políticos casi siempre remite a lugares comunes o a frases en el hartazgo de lo trillado. Sin embargo, la ausencia de Arafat es evidente. Actualmente Mahmud Abbas, al frente de la presidencia palestina, someramente ha logrado lidiar con la situación.

Hoy por hoy, la legitimidad de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) se encuentra en su punto más bajo. En los años finales de Arafat, tras la explosión de la Segunda Intifada en el 2000, las encuestas daban un empate entre Fatah y Hamás, pero el 50%, la mayoría, no prefería a ninguno. Tras la muerte de Arafat, Fatah se ha debilitado, y los palestinos optaron por una solución radical y novedosa, ejerciendo su voto a favor de Hamás. Lo que origina una pesadilla para el legado de Arafat: la desunión y el enfrentamiento civil.

El futuro político palestino en estos momentos carece de esperanza, o algo similar. Sobretodo, con el anuncio por parte de Mahmud Abbas de no buscar la reelección. Y aunque el líder palestino goza de fama de moderado y además cuenta con la aceptación de la mayoría de su pueblo y de la comunidad internacional, enfrenta una serie de realidades que lo invitan a bajar las manos:

1) Las negociaciones de paz con Israel se encuentran suspendidas desde hace meses debido a que su contraparte, el gobierno de Netanyahu, no ha accedido a cumplir con uno de los requisitos fundamentales planteados para emprender las pláticas: el congelamiento de la construcción de asentamientos judíos en Cisjordania y el este de Jerusalén. Lo que evidencia avances tangibles para el pueblo palestino con relación al objetivo de concretar un Estado independiente.

2) Los esfuerzos, principalmente los egipcios, por reconciliar a Hamas que gobierna en Gaza con Fatah de Abbas, han sido infructuosos. Desde que la agrupación fundamentalista Hamas protagonizó un golpe de Estado hace más de dos años, cuando expulsó a las fuerzas de Mahmud Abbas de Gaza, la guerra y el rencor han sido los signos que han marcado la relación entre ambos bandos. Hamas se ha dedicado desde entonces a sabotear cualquier avance positivo capaz de fortalecer a la ANP.

3) La Liga Árabe ha tratado con gran indiferencia a la ANP, encabezada por Abbas, lo cual beneficia a nadie. En estos momentos, la principal ayuda que recibe la ANP proviene de la Unión Europea y los Estados Unidos, mientras que sólo una proporción simbólica es aportada por los países árabes. Y aunque en un discurso lógico uno podría pensar que la prioridad de las naciones árabes debiera ser fortalecer las capacidades de la ANP, la negligencia y la pasividad son lo que prevalece por el momento.

Por su parte, Israel incumple sistemáticamente toda posibilidad de acuerdo, y sigue desmembrando Palestina. Como se mencionaba, los colonos en Cisjordania han aumentado, 18% desde 2004. Los 790 kms del muro, declarado ilegal por el Tribunal de la Haya, está prácticamente concluido. Los checkpoints y las barreras a la movilidad impiden cualquier posibilidad de una vida normal en la población. Jerusalén se encuentra ya aislada por completo de su entorno palestino. La retirada israelí de Gaza en agosto de 2005 y la declaración de la Franja como "entidad hostil" en septiembre de 2007, han permitido a Israel desentenderse impunemente de sus obligaciones jurídicas internacionales como potencia ocupante y castigar colectivamente a toda la población mediante el bloqueo. Gaza ha tenido el triste honor de inaugurar un nuevo limbo jurídico internacional, que en términos cotidianos significa desnutrición económica, física y moral.

La ruta de Arafat sin duda se extraña. Sin embargo, una eventual desaparición de Abbas del liderazgo político de los palestino sólo representará un retroceso en el proceso de pacificación. Las figuras capaces de reemplazarlo presentan serias limitaciones, y la ausencia de un líder podría ser aprovechado por las corrientes más extremistas.

No en balde, Shimon Peres, presidente actual de Israel y reconocido abanderado de los esfuerzos de pacificación, pidió públicamente a Abbas, dar marcha atrás en su decisión de no aspirar a la reelección. Aunque también es cierto que los judíos nunca habían estado tan cómodos y con tanto margen de maniobra como con Abbas.

Fuentes: Luz Gómez García (El País), Esther Shabot (Excelsior).

martes, 17 de noviembre de 2009

¿Alguien se acuerda de Somalia?

Más allá de la crisis alimentaria que vive la península oriental de África, el gobierno de los Estados Unidos necesita poner más atención en sus políticas con el país africano, y rápido. Aunque es claro que la inestabilidad y violencia que han reinado por dos décadas en la zona han diluido todos los esfuerzos de los norteamericanos y de la comunidad internacional, resulta inminente voltear la mirada a Somalia.

Tras los ataques del 9/11, los Estados Unidos han puesto sus esfuerzos en impedir que el país afircano se convierta en una base estratégica para al Qaeda . Pues el grupo terrorista tiene una fuerte influencia en la población somalí. Además, ha polarizado al país en dos bandos; reformistas Islamistas moderados y dogmáticos radicales. La tribu Salafi abiertamente se ha promulgado a favor de la jihad y ha fortalecido sus redes de poder. Una de sus ramificaciones, la milicia radical al Shabab, controla actualmente gran parte del Sur de Somalia y mantiene importantes nexos con al Qaeda. Por otro lado, la brutal ocupación de Somalia por su histórico rival Etiopía (2006-2009), ha acelerado la insurgencia y despertado la ira de los somalíes alrededor del globo. Además de que Estados Unidos pierde simpatía con la población, al haber apoyado abiertamente la invasión etiope.

No es secreto que una de las principales preocupaciones de la Casa Blanca es que al Qaeda este desarrollando una base dentro de Somalia, desde donde se tracen planes de ataque fuera del país africano. Sobretodo, porque gran parte de la diáspora somalí tiende a la alienación terrorista.

A inicios del 2009, un grupo de somalíes fueron arrestados en Minnesota, tras su reconocimiento como guerrilleros de al Shabab. En agosto del mismo año, dos somalíes fueron arrestados en Melbourne al comprobarse su participación en la planeación de un ataque suicida que tendría como objetivo una base militar australiana. Tampoco debe obviarse que el primer americano en realizar un ataque suicida fue en Somalia, en octubre del 2008.

Evidentemente, todos estos incidentes aislados han generado mayor nerviosismo del que merece. Independientemente de los alcances de los somalíes, la situaciónn han logrado poner a la administración de Obama en una posición incómoda. Pues tarea nada sencilla será mantener al país africano en extrema vigilancia y evitar el incremento del espíritu anti-occidental que se vive en Somalia.


sábado, 14 de noviembre de 2009

Radicales avanzan y el Estado Afgano se debilita

Las potencias occidentales y la ONU ven como un mal menor la proclamación de Hamid Karzai como presidente de Afganistán por otros cinco años, tras la misteriosa retirada de su rival Abdulá Abdulá durante la segunda vuelta de las elecciones. La preocupación de Occidente se limitaba a que se llevarán a cabo elecciones limpias, o al menos eso aparentaran, y que gran parte del pueblo afgano participara.

Sin embargo, solo fuimos testigos de una bonita farsa de la política afgana que solamente amplía y profundiza la crisis del país en Guerra. Una pesadilla para Karl Popper y todo racionalista crítico que promueva la fortaleza de las instituciones democráticas.

Hamid Karzai se encuentra actualmente desprestigiado, quien además de tener que lidiar con una oposición liderada por Abdulá, también tendrá inmensos desafíos políticos que le permitan conservar el poder y el relativo control en Afganistán. Sin embargo, los norteamericanos comienzan a abrir los ojos y lo perciben como un jefe de Gobierno corrupto e incompetente. Aunque no hay que olvidar que Washington junto con sus aliados occidentales prepararon a Karzai y lo impusieron al frente de las oficinas en Kabul desde finales del 2001.

Tampoco se debe caer en una amnesia histórica y perder de vista las estrategias ejecutadas por Hamid Karzai, con el objetivo de ganar las elecciones y conservar el poder afgano. Como el acuerdo alcanzado con Abdul Rachid Dostum, sanguinario señor de la guerra que se encuentra exiliado en Turquía. Con esta acción Karzai ganó gran parte de los votos uzbekos. Por otro lado, con la intención de asegurar la decisión de la comunidad hazara, un 9 por ciento de la población total, promulgó una ley que permite que los maridos priven de alimentos a sus mujeres si se niegan a darles satisfacción sexual. Sin contar los lazos que aún sostiene con su hermano Ahmed Wali Karzai, que según los oficiales americanos, juega un importante rol en el tráfico de opio (Afganistán es el principal productor de opio a nivel mundial. Y al menos un tercio de su PIB depende del tráfico del narcótico).

Los únicos beneficiados del proceso “democrático” han sido los talibanes y Al Qaeda. Así, a los ojos de los fanáticos islamistas que van incrementando de manera progresiva su control sobre Afganistán, y de sus numerosos seguidores, significa simplemente que el proceso democrático contra el que combaten está herido de muerte en su país.

Por su lado, la Casa Blanca junto con sus aliados de la OTAN están perdiendo la guerra. Porque pierde quien no gana y dispone de los medios militares, políticos y económicos para vencer.

¿Enviar más tropas? Se pregunta Barack Obama, quien copió la receta de su general más brillante, David Petraeus. Al general americano le funcionaron los 30 mil soldados extra llegados a Irak en febrero de 2007. Con los que se concentró sobre todo Bagad, pues no debe pasarse por alto que las guerras contrainsurgentes modernas se ganan en los matices y no tanto en el campo de batalla. Es más importante conquistar la percepción del pueblo que eliminar grandes números del enemigo. Es simple, si la gente percibe más seguridad, habrá más seguridad; si percibe que la insurgencia pierde, la insurgencia puede ser derrotada. Aunque esto es una estrategia a muy corto plazo.

Sin embargo, en Afganistán no existe una insurgencia suní que compararse, así como tampoco un Estado ni memoria de él, sólo grupos tribales que conviven en un mismo territorio sumido en una guerra civil desde hace más de 30 años. En esta región, tiene más peso la tradición que la ley.

Incrementar las tropas americanas sólo aumentará el número de bajas estadounidenses. Ya el primer aumento de tropas ordenado por Obama fue un total fracaso. Cautela y prudencia ahora son las rectoras en las decisiones dentro de la Sala Oval. Posiblemente se envíen más soldados cuando se tenga listo un plan concreto. El problema es que no hay un buen plan, y no hay indicios de que llegue en un futuro próximo.