jueves, 7 de enero de 2010

No habrá victoria en Afganistán


Una cadena de significativos errores en las últimas semanas ha creado un clima de confusión y derrotismo entre los servicios de espionaje de los Estados Unidos, que se sienten impotentes ante la movilidad, la obstinación ideológica y la capacidad de renovación de sus enemigos de Al Qaeda. Un reciente informe militar concluye que, en estas condiciones, es imposible ganar la guerra de Afganistán; "Después de ocho años de guerra, el papel de la comunidad de espionaje de Estados Unidos es sólo marginal... Sus análisis están tan carentes de información que en ocasiones parecen más anécdotas que el producto de un serio trabajo detectivesco... La historia está repleta de ejemplos en los que un ejército poderoso pierde las guerras ante enemigos más débiles porque no prestaron la atención suficiente al entorno del conflicto", afirma un informe presentado el lunes pasado por el general Michael Flynn, el máximo responsable de las operaciones de espionaje en Afganistán.

El momento actual es muy delicado. El propio presidente expuso el martes ante todo el país el fracaso de las agencias de espionaje al enlazar los datos que habrían impedido que el nigeriano Umar Farouk Abdulmutallab hubiera abordado el avión de Northwest que intentó derribar sobre Detroit. Ese humillante fallo no fue el único de un fin de año calamitoso. Un oficial del Ejército americano que había confesado en público su transformación al radicalismo islámico y que se había reunido con mandos terroristas, tuvo manos libres para provocar en noviembre una matanza entre sus propios compañeros en el cuartel de Fort Hood, Texas


Y más errores…

El pasado 30 de diciembre, la CIA cayó en Afganistán probablemente en la trampa más sangrienta de toda su historia: un agente doble que los había engañado durante un año logró matar en un acto a los siete principales cuadros del espionaje de Estados Unidos en ese país, incluida la jefa de la base de Khost. Tan engañados estaban, que ya habían informado a la Casa Blanca de la trascendental reunión que tendrían ese día con su informante, en la que éste detonó su chaleco explosivo.

Aunque la CIA ha tratado de vengar ese golpe con tres bombardeos con aviones no tripulados en el plazo de una semana, la frustración es inocultable. El ataque de Khost, cometido por un agente jordano que decía tener a su alcance a los principales dirigentes de Al Qaeda, es la prueba de que la CIA carece de conocimiento para distinguir entre amigos y enemigos en una sociedad que se ha demostrado impenetrable para los métodos tradicionales del espionaje estadounidense.

Al Qaeda echa raíces en comunidades rurales a las que los norteamericanos no pueden acceder, reaparece en Yemen cuando parecía derrotada en Irak, crece en Somalia, recluta militantes en lugares tan remotos como Nigeria y se desplaza entre Pakistán y Afganistán sin ser detectados por los más sofisticados medios tecnológicos. Tiene, además, la fe del fanático y la paciencia para esperar un año hasta que uno de sus hombres asesta a la CIA el golpe soñado.

Aprender de la Historia

A finales de año, se cumplieron 30 años de la invasión rusa a Afganistán. Franz Klinstsévich, uno de los soldados soviéticos que combatieron en la región afirma que los estadounidenses están cayendo en los mismos errores que ellos en los ochenta. Y por tanto, será imposible que el ejército estadounidense salga victorioso de Afganistán. Afirma Klinstsévich: "Los estadounidenses deberían saber que cualquier grupo armado que llegue a Afganistán está condenado al fracaso, porque tendrá a la población en contra (…) ¿Qué podía hacer el Ejército soviético contra una guerra de guerrillas en terreno montañoso? Los muyahidin minaban los caminos o ponían tres ametralladoras y las disparaban un minuto contra nuestra caravana militar. El resultado era cuatro o cinco muertos y varios heridos, mientras los atacantes desaparecían de inmediato sin dejar rastro".

Una conclusión: Estados Unidos no tiene dificultad para obtener victorias militares convencionales; sí para sostenerlas en el tiempo y convertirlas en un instrumento eficaz antiterrorista.

Vivencia de la guerra

Comparto el enlace de una serie de videos por la AP (Associated Press), los cuales presentan la experiencia del U.S. Marine Cpl. Jack Hausmann, momentos antes de la operación militar más grande que se haya llevado desde la guerra de Vietnam; Strike of the Sword en la provincia de Helmand, Afganistán.

http://hosted.ap.org/specials/interactives/_international/afghan_diaries/


Fuentes: El País, The Guardian, The New York Times.

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