El reciente ataque fallido en Detroit del nigeriano Umar Farouk Abdulmutallab, además de exponer múltiples fallos en la seguridad interna americana, también refleja la rápida y sólida expansión que la organización islámica-radical está teniendo fuera de sus dominios tradicionales.
martes, 29 de diciembre de 2009
Exportación Talibán
domingo, 13 de diciembre de 2009
Afganistán; Más Fe que Estrategia
– Anders Fogh Rasmussen, Secretario General de la OTAN –
Mucho se ha comentado sobre la resolución del presidente Barack Obama de enviar 30 mil soldados más a Afganistán con objeto de combatir a la guerrilla talibán, cuyo centro operativo se encuentra en la zona fronteriza afgano-paquistaní. Este esfuerzo estadounidense elevará a casi 100 mil soldados en la región, junto con la contribución de 40 mil por parte de la OTAN.
Si bien, la opinión internacional se encuentra escéptica con estas medidas, los ciudadanos americanos tienen mayores razones para el pesimismo. Después de ocho años de lucha, más de 800 vidas estadounidenses se han perdido y más de 200 mil millones de dólares se han gastado, el gobierno afgano vagamente se encuentra legitimado y la insurgencia Talibán incrementa su poder.
La Casa Blanca peca de optimismo, de acuerdo con los manuales de contrainsurgencia, estos recomiendan el despliegue de un soldado por cada 20 habitantes; lo que daría como resultado un contingente militar de alrededor de unos 500 mil efectivos sobre terreno. Como se mencionó líneas arriba, a penas 100 mil soldados cubren Afganistán, sin contar a las inoperantes fuerzas armadas afganas.
Es improbable que el nuevo contingente suponga un giro decisivo en el conflicto; más aún si las tropas estadounidenses comienzan su retirada 18 meses después de completar su despliegue, en agosto próximo. También parece ilusorio que en ese tiempo las fuerzas afganas hayan alcanzado el nivel operativo adecuado frente a un enemigo motivado y potente.
En palabras de Nathaniel Fick (Veterano Marine): “The problem with public military timelines is that if they are too short, your enemy will wait you out, and if they are too long, your enemy will drive you out.” Por esta razón, desde la perspectiva militar, anunciar un deadline en Afganistán no hace sentido, pues los insurgentes conocen los planes y se entorpece la ambigüedad estratégica.
Barack Obama asegura que los Estados Unidos ganarán la guerra. Sin embargo, el mandatario americano parece pasar por alto condiciones que se encuentran fuera de su control. Una es un Gobierno en Kabul mínimamente creíble y muy alejado de las prácticas de Ahmed Karzai. Otra, la estrecha cooperación del decisivo e inestable Pakistán, asediado por sus propios talibanes. Por lo que vale echar una mirada a la historia, la cual demuestra que con demasiada frecuencia la realidad desbarata los mejores planes formulados en una pizarra.
Pareciera que la nueva estrategia de Obama apunta a una derrota que hundiría tanto a los Estados Unidos como a la OTAN. Sin embargo, esto es suponer que en Afganistán se juega realmente el destino del mundo. Suposición que tal vez no sea tan descabellada.
No obstante, la realidad americana dibuja un presente y futuro distante al afgano, pues los Estados Unidos se encuentran enterrados en deuda, tanto individual como colectiva, y tras una década en donde los ingresos de la clase media trabajadora han caído, y más ciudadanos han cruzado por debajo la línea de pobreza, sin contar el número de americanos que no cuentan con seguro médico y el alto índice de desempleo. Parece que Obama no está planeando una victoria en Afganistán, sino una retirada silenciosa que ya no sume números rojos.
“Our troop commitment in Afghanistan cannot be open-ended — because the nation that I am most interested in building is our own.”
– Barack Obama, Presidente de los Estados Unidos –
“The announcement that American troops could begin leaving in 18 months served as a kind of shock therapy, but caused anxiety. Can we do it? That is the main question. This is not done in a moment. It is a process.”
– Rangin Dadfar Spanta, Foreign Minister of Afghanistan –
Fuentes:
Esther Shabot: “Afganistán: el factor paquistaní” en Excelsior.
Anders F. Rasmussen: “Un nuevo impulso para Afganistán” en El País.
Jesús A. Núñez: “Afganistán, las grietas del plan de Obama” en El País.
Sabrina Tavernise & Carlotta Gall: “Afghanse and Pakistanis Concerned Over U.S. Plan” en The New York Times.
Roger Cohen: “Afghanistan on Main Street” en The New York Times.
Editorial de The Economist: “Obama’s war”.
*Fotografías: NYTimes.
martes, 24 de noviembre de 2009
Irán en busca de “amigos”
Dentro de su país, Ahmadineyad es visto como una mezcla de perversidad e ingenuidad. Líder que reúne las peores características culturales de Irán; capaz de mentir con sinceridad y de salir de apuros con bastante astucia.
Resulta evidente el peligro de infiltración iraní en Latinoamérica. Y sin menospreciar el asunto del armamento nuclear que pretende Irán, se debe también considerar el problema de la exportación terrorista. A continuación algunos datos;
- Teherán es la única capital del mundo donde virtualmente todos los grupos terroristas del globo mantienen “oficinas y centros de información”.
- Cada año, entre el 1 y el 11 de febrero, la República Islámica es sede de “Los diez días de la aurora”, donde grupos terroristas se reúnen para coordinar lo que ellos llaman una lucha armada global.
- Irán, posee una fuerza especial de élite, Al-Quds (Jerusalén), con el propósito de exportar la revolución islámica por medio de la violencia y el terror.
- El gobierno iraní se atribuye abiertamente el crédito de introducir los atentados suicidas en Medio Oriente, perpetrados en Líbano durante los años 80 por el grupo terrorista Hezbolá (grupo patrocinado por Irán).
- Teherán alberga a militantes Talibán, Al-Qaeda y de Hizb Ilami, en su territorio. Los principales campamentos se encuentran a lo largo de su frontera con Afganistán. Y se tiene conocimiento de que el gobierno iraní tiene trazados diferentes esquemas para armar a miles de luchadores chiítas del grupo de los Hazaras, con el objetivo de tomar el control de Kabul en caso de que los estadounidenses se vean forzados a retirarse.
- Existen evidencias de que Ahmadineyad tiene nexos con las FARC. Y gran parte de sus visitas a Venezuela, han sido con el propósito de seguir apoyando al grupo guerrillero.
sábado, 21 de noviembre de 2009
¿Palestina extraña a Arafat?
Este mes se cumplieron cinco años de la muerte de Yasir Arafat. Sin embargo, el conflicto iraelí-palestino sigue en el camino de una aberrante perpetuidad.
Sin quitar valor a la gran resistencia ejercida por Arafat durante su vida. Es indudable que su mayor legado fue el lingüístico. Y parafraseando al poeta Mahmud Darwix; Arafat restituyó un gentilicio al mundo: el “palestino”. El cual, se había intentado borrar en beneficio del mito sionista de la tierra vacía, según el cual la tierra “bíblica” aguardaba deshabitada a judíos nacionales de decenas de países. Pero aquello no era la tierra bíblica, sino un Estado étnico-confesional de ingeniería poscolonial.
Hablar de vacíos políticos casi siempre remite a lugares comunes o a frases en el hartazgo de lo trillado. Sin embargo, la ausencia de Arafat es evidente. Actualmente Mahmud Abbas, al frente de la presidencia palestina, someramente ha logrado lidiar con la situación.
Hoy por hoy, la legitimidad de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) se encuentra en su punto más bajo. En los años finales de Arafat, tras la explosión de la Segunda Intifada en el 2000, las encuestas daban un empate entre Fatah y Hamás, pero el 50%, la mayoría, no prefería a ninguno. Tras la muerte de Arafat, Fatah se ha debilitado, y los palestinos optaron por una solución radical y novedosa, ejerciendo su voto a favor de Hamás. Lo que origina una pesadilla para el legado de Arafat: la desunión y el enfrentamiento civil.
El futuro político palestino en estos momentos carece de esperanza, o algo similar. Sobretodo, con el anuncio por parte de Mahmud Abbas de no buscar la reelección. Y aunque el líder palestino goza de fama de moderado y además cuenta con la aceptación de la mayoría de su pueblo y de la comunidad internacional, enfrenta una serie de realidades que lo invitan a bajar las manos:
1) Las negociaciones de paz con Israel se encuentran suspendidas desde hace meses debido a que su contraparte, el gobierno de Netanyahu, no ha accedido a cumplir con uno de los requisitos fundamentales planteados para emprender las pláticas: el congelamiento de la construcción de asentamientos judíos en Cisjordania y el este de Jerusalén. Lo que evidencia avances tangibles para el pueblo palestino con relación al objetivo de concretar un Estado independiente.
2) Los esfuerzos, principalmente los egipcios, por reconciliar a Hamas que gobierna en Gaza con Fatah de Abbas, han sido infructuosos. Desde que la agrupación fundamentalista Hamas protagonizó un golpe de Estado hace más de dos años, cuando expulsó a las fuerzas de Mahmud Abbas de Gaza, la guerra y el rencor han sido los signos que han marcado la relación entre ambos bandos. Hamas se ha dedicado desde entonces a sabotear cualquier avance positivo capaz de fortalecer a la ANP.
3) La Liga Árabe ha tratado con gran indiferencia a la ANP, encabezada por Abbas, lo cual beneficia a nadie. En estos momentos, la principal ayuda que recibe la ANP proviene de la Unión Europea y los Estados Unidos, mientras que sólo una proporción simbólica es aportada por los países árabes. Y aunque en un discurso lógico uno podría pensar que la prioridad de las naciones árabes debiera ser fortalecer las capacidades de la ANP, la negligencia y la pasividad son lo que prevalece por el momento.
Por su parte, Israel incumple sistemáticamente toda posibilidad de acuerdo, y sigue desmembrando Palestina. Como se mencionaba, los colonos en Cisjordania han aumentado, 18% desde 2004. Los 790 kms del muro, declarado ilegal por el Tribunal de la Haya, está prácticamente concluido. Los checkpoints y las barreras a la movilidad impiden cualquier posibilidad de una vida normal en la población. Jerusalén se encuentra ya aislada por completo de su entorno palestino. La retirada israelí de Gaza en agosto de 2005 y la declaración de la Franja como "entidad hostil" en septiembre de 2007, han permitido a Israel desentenderse impunemente de sus obligaciones jurídicas internacionales como potencia ocupante y castigar colectivamente a toda la población mediante el bloqueo. Gaza ha tenido el triste honor de inaugurar un nuevo limbo jurídico internacional, que en términos cotidianos significa desnutrición económica, física y moral.
La ruta de Arafat sin duda se extraña. Sin embargo, una eventual desaparición de Abbas del liderazgo político de los palestino sólo representará un retroceso en el proceso de pacificación. Las figuras capaces de reemplazarlo presentan serias limitaciones, y la ausencia de un líder podría ser aprovechado por las corrientes más extremistas.
No en balde, Shimon Peres, presidente actual de Israel y reconocido abanderado de los esfuerzos de pacificación, pidió públicamente a Abbas, dar marcha atrás en su decisión de no aspirar a la reelección. Aunque también es cierto que los judíos nunca habían estado tan cómodos y con tanto margen de maniobra como con Abbas.
Fuentes: Luz Gómez García (El País), Esther Shabot (Excelsior).
martes, 17 de noviembre de 2009
¿Alguien se acuerda de Somalia?
Más allá de la crisis alimentaria que vive la península oriental de África, el gobierno de los Estados Unidos necesita poner más atención en sus políticas con el país africano, y rápido. Aunque es claro que la inestabilidad y violencia que han reinado por dos décadas en la zona han diluido todos los esfuerzos de los norteamericanos y de la comunidad internacional, resulta inminente voltear la mirada a Somalia.
sábado, 14 de noviembre de 2009
Radicales avanzan y el Estado Afgano se debilita
Las potencias occidentales y la ONU ven como un mal menor la proclamación de Hamid Karzai como presidente de Afganistán por otros cinco años, tras la misteriosa retirada de su rival Abdulá Abdulá durante la segunda vuelta de las elecciones. La preocupación de Occidente se limitaba a que se llevarán a cabo elecciones limpias, o al menos eso aparentaran, y que gran parte del pueblo afgano participara.
Sin embargo, solo fuimos testigos de una bonita farsa de la política afgana que solamente amplía y profundiza la crisis del país en Guerra. Una pesadilla para Karl Popper y todo racionalista crítico que promueva la fortaleza de las instituciones democráticas.
Hamid Karzai se encuentra actualmente desprestigiado, quien además de tener que lidiar con una oposición liderada por Abdulá, también tendrá inmensos desafíos políticos que le permitan conservar el poder y el relativo control en Afganistán. Sin embargo, los norteamericanos comienzan a abrir los ojos y lo perciben como un jefe de Gobierno corrupto e incompetente. Aunque no hay que olvidar que Washington junto con sus aliados occidentales prepararon a Karzai y lo impusieron al frente de las oficinas en Kabul desde finales del 2001.
Tampoco se debe caer en una amnesia histórica y perder de vista las estrategias ejecutadas por Hamid Karzai, con el objetivo de ganar las elecciones y conservar el poder afgano. Como el acuerdo alcanzado con Abdul Rachid Dostum, sanguinario señor de la guerra que se encuentra exiliado en Turquía. Con esta acción Karzai ganó gran parte de los votos uzbekos. Por otro lado, con la intención de asegurar la decisión de la comunidad hazara, un 9 por ciento de la población total, promulgó una ley que permite que los maridos priven de alimentos a sus mujeres si se niegan a darles satisfacción sexual. Sin contar los lazos que aún sostiene con su hermano Ahmed Wali Karzai, que según los oficiales americanos, juega un importante rol en el tráfico de opio (Afganistán es el principal productor de opio a nivel mundial. Y al menos un tercio de su PIB depende del tráfico del narcótico).
Los únicos beneficiados del proceso “democrático” han sido los talibanes y Al Qaeda. Así, a los ojos de los fanáticos islamistas que van incrementando de manera progresiva su control sobre Afganistán, y de sus numerosos seguidores, significa simplemente que el proceso democrático contra el que combaten está herido de muerte en su país.
Por su lado, la Casa Blanca junto con sus aliados de la OTAN están perdiendo la guerra. Porque pierde quien no gana y dispone de los medios militares, políticos y económicos para vencer.
¿Enviar más tropas? Se pregunta Barack Obama, quien copió la receta de su general más brillante, David Petraeus. Al general americano le funcionaron los 30 mil soldados extra llegados a Irak en febrero de 2007. Con los que se concentró sobre todo Bagad, pues no debe pasarse por alto que las guerras contrainsurgentes modernas se ganan en los matices y no tanto en el campo de batalla. Es más importante conquistar la percepción del pueblo que eliminar grandes números del enemigo. Es simple, si la gente percibe más seguridad, habrá más seguridad; si percibe que la insurgencia pierde, la insurgencia puede ser derrotada. Aunque esto es una estrategia a muy corto plazo.
Sin embargo, en Afganistán no existe una insurgencia suní que compararse, así como tampoco un Estado ni memoria de él, sólo grupos tribales que conviven en un mismo territorio sumido en una guerra civil desde hace más de 30 años. En esta región, tiene más peso la tradición que la ley.
Incrementar las tropas americanas sólo aumentará el número de bajas estadounidenses. Ya el primer aumento de tropas ordenado por Obama fue un total fracaso. Cautela y prudencia ahora son las rectoras en las decisiones dentro de la Sala Oval. Posiblemente se envíen más soldados cuando se tenga listo un plan concreto. El problema es que no hay un buen plan, y no hay indicios de que llegue en un futuro próximo.
lunes, 21 de septiembre de 2009
Consideraciones sobre una nueva Guerra Fría
Aunque el día de hoy los Estados Unidos y Rusia iniciaron en Ginebra una nueva ronda de negociaciones sobre la reducción de armas nucleares estratégicas. Sumado al recién anuncio de la Casa Blanca por suspender la instalación del escudo antimisiles en Polonia y República Checa que pretendían prevenir algún ataque de Irán a Israel u Occidente (la realidad es que este escudo y la instalación de bases militares americanas tenían la intención de vigilar a Moscú de cerca). No estamos cerca de un desarme nuclear. Esperanza y paz no son ideales que escucharemos próximamente.
No es nueva la idea de que nos encontremos cerca de una situación de crisis de misiles como la estuvimos en 1962 con Cuba. Sin embargo, las especulaciones han cobrado importancia en las últimas semanas, y Washington denota cierta preocupación.
En esta ocasión, la amenaza para los americanos ya no se encuentra en la Isla de Fidel, sino en la instalación de bases nucleares iraníes en Venezuela. Estos son algunos puntos que Andrés Oppenheimer considera sobre el tema:
- No es un secreto que Venezuela mantiene lazos cercanos con grupos terroristas de Hamas y Hezbolá, los cuales tienen un amplio respaldo por Irán. Tampoco es coincidencia que Venezuela sea de los pocos países en el mundo que vota en contra de las sanciones de la ONU contra el programa nuclear de Irán. Mucho menos es gratuito la aseveración de Hugo Chávez en 2007: “Hemos (Irán y Venezuela) creado un ‘eje’ contra Estados Unidos". Hay que recordar que en 2008, Venezuela e Irán firmaron un acuerdo de apoyo militar.
- Chávez, en su última visita a Irán, afirmó que se está negociando la creación de una “villa nuclear” en Venezuela, asegurando que Irán sólo pretende desarrollar energía nuclear con fines pacíficos. El territorio venezolano tiene reservas estimadas en 50 mil toneladas de uranio no explotado.
- Diferentes instituciones financieras iraníes se han instalado recientemente en Caracas. Dichos bancos han sido sancionados o son investigados por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, ya que se les han comprobado intenciones de financiar compras de armamento nuclear para el gobierno iraní.
- Igualmente, durante los últimos tres años, han comenzado a brotar fábricas de propietarios iraníes en lugares remotos de Venezuela, que por su ubicación y su naturaleza “secreta” deberían de ser motivo de preocupación internacional, o al menos para la región latinoamericana.
El argumento es simple: “Irán ha encontrado en Venezuela un aliado perfecto”. Venezuela tiene un sistema financiero que puede ser utilizado por Irán para evitar sanciones económicas internacionales. Por otro lado, la situación geográfica de Venezuela resulta más que perfecta para construir y almacenar armas de destrucción masiva lejos del Medio Oriente.
Tal vez sean teorías ficción o profecías apocalípticas, o tan sólo una posibilidad lejana. Pero la solo posibilidad (muy alta por cierto) de que Chávez esté trabajando en elaborar un programa de armas nucleares en conjunto con Irán – cuyo régimen proclama abiertamente querer “borrar del mapa” a Israel – sin duda es una preocupación internacional que no debe soslayarse. Sobre todo, si esta crisis arrastra a toda América Latina, una crisis de seguridad como la que no se ha visto en décadas en el continente.
Obama se reunirá con su homólogo iraní, Ahmadinejad, el 1° de octubre para entablar pláticas sobre el desarme nuclear de Irán. Palabras alentadoras, discursos armados y promesas difusas se esperan como conclusión.
¿Coincidencia?
Barack Obama anunció la caída del plan Bush para implantar el escudo antimisiles. Sin embargo, salta a la vista la fecha en que Obama escogió para anunciar esto; 17 de septiembre, la celebración del 70 aniversario de la invasión Soviética de Polonia. Un anuncio equivalente en su magnitud y en sus repercusiones, como si la comunidad internacional anunciara concesiones a los enemigos de los estadounidenses un septiembre 11. En política no existen las coincidencias, resulta evidente que Obama busca establecer puentes de comunicación con Rusia ¿pero a qué precio? Por otro lado, no es tampoco coincidencia que en estos momentos sea Polonia uno de los pocos lugares en Europa donde hay mayor preferencia por Bush, que por el actual inquilino de la Casa Blanca.
domingo, 20 de septiembre de 2009
Democracia… ¿Quién la Pidió?
Occidente ha cometido innumerables y severos errores en Medio Oriente. Sin embargo, si el proyecto de democratización pretende alcanzar cierto éxito, se deben resolver de manera inmediata algunas cuestiones;
1. DDerechos humanos. Aunque el reciente cierre de Guantánamo parece un avance “importante” en esta materia por parte de la Casa Blanca. No debe perderse de vista que hasta estas últimas semanas la administración de Obama ha comenzado un nuevo programa para dotar de derechos de defensa a sus prisioneros en la prisión de Bagram, al norte de Kabúl. Resulta inconcebible llevar a cabo una ‘guerra justa’ cuando principios tan elementales no se cumplen. Habrá que seguir de cerca si la Unión Americana hace realidad este nuevo programa.
2. EElecciones. Sin duda, la elección efectiva de gobernantes a través del voto libre es la manifestación más importante de la democracia. Sin embargo, las recientes elecciones en Afganistán han puesto en aprietos a los americanos. Al menos 700 mil votos fraudulentos han detectado hasta el momento las comisiones de control electoral, lo que levanta importantes sospechas a la victoria del actual presidente Karzai. La legitimidad del poder está en entredicho, sin considerar la dudosa procedencia moral de Karzai y sus colaboradores. No hay que olvidar que la Casa Blanca apoyó al actual presidente afgano para llegar al poder en el 2001.
3. SSalida de Aliados. El escepticismo de una victoria en Medio Oriente es la idea que empieza a rondar en Europa. Así, algunos gobiernos occidentales ya consideran una retirada próxima; alemanes, españoles y principalmente los italianos comienzan a planear una salida “decorosa”. Muy posiblemente esto desestabilizaría puntos estratégicos que han costado mucho esfuerzo controlar.
Es un hecho que no existen respuestas sencillas para Afganistán o Medio Oriente. No obstante, esto no significa buscar coartadas o pretextos para establecer fechas de retiradas o alejamientos por falta de puentes de comunicación. No debe perderse de vista que una retirada en Afganistán solamente reflejaría una vergonzante derrota ensombrecida por una tragedia humanitaria. Y aunque resulta innegable el hecho que la cuestión afgana es una cuestión que los propios afganos deben resolver por ellos mismos, es una realidad que en este momento es una cuestión que no sólo a ellos concierne.